El no escribir
Bueno, ya regresé de mis vacaciones, ya me desintoxiqué de todo y de todos. (Excepto de mi madre, a la que por un error del destino, la llevé en el asiento trasero del coche a Morelia... y por ende, fue un error llevar a Virginia, a quien llevé en el asiento del copiloto y el efecto colateral fue el pobre de Rufus, quien iba temblando de terror compartiendo el lugar con mi jefecita). ¡Si, he vuelto! Y en este frío invierno, tengo más anécdotas en mi listita que contarles acerca de mi jefecita y como con sus manos (y su voz característica), ella dirige la orquesta.
Y ahora que regreso, me doy cuenta que sigo como un BlogIdol, yo creí que me iban a sacar por no haber escrito.
Mis vacaciones a Morelia no fueron planeadas, entre Virginia y yo surgió como un: nos vamos? Pues si, nos vamos! Y vámonos como alma que se la lleva al diablo... hasta que vimos, a lo lejos, a mi mamá con su maleta de siglos y "que aún está buena", un sombrerito de paja y unos lentes oscuros. Hasta parecía que ella nos había estado esperando. Mi mamá tiene algo de bruja: anticipa las cosas antes de que sucedan. Por eso creí ilusamente, que al irnos sin avisar a nadie, como un plan de esos espontaneos... ella no podría poner en práctica sus poderes de adivina. Me equivoqué.
Pero traté de que Virginia se divirtiera mucho e hice lo posible porque mi madre no interfiriera mucho. Oh no, no en esta Navidad. Por supuesto, fue imposible.
Me acordé de la navidad de hace muchos años, cuando yo era un crío y nos visitaron los tíos de Chihuahua, y después los de Nayarit, y luego los de Morelia... se juntó toda la familia (del lado de mi madre) en mi casa. Todas las mujeres en esa familia, son excéntricas, no importa si sea de sangre o por el lado político. Y todos los hombres, somos igual de callados. Casi puedo apostar que somos una familia con un matriarcado de siglos. Desde niño, pude atinar cuál sería mi destino, lo que me preparaba el futuro. Una mujer igual de ruidosa, que las alrededor de veinte mujeres que estaban en mi casa, incluyendo mi madre.
En ese entonces, teníamos sirvienta... Petronila. Venía de un pueblito de Toluca y mi madre ya la tenía bien aleccionada. Esa Navidad, mi madre la estaba observando mientras a nosotros los primos y a mi, nos enseñaba como cantar Opera. Es una imagen muy poderosa la que tengo grabada: mi madre, vestida con una blusa floral, los tubos en la cabeza y empezó con un agudísimo: "UUUUUUUUUUUU"...
Después, dos tías: Griselda y Viridiana se le unieron... y estaban las tres: "UUUUUUUUUU"
Y los primos estábamos: "UUUUUUUUUUU"
Mamá: "Ahora intenten una nota más alta"
"AAAAAAAAAAAAAAAAA"
"UUUUUUUUUUUUUUUU"
"AAAAAAAAAAAAAAAAA"
"UUUUUUUUUUUUUUUU"
Y ahí estábamos los niños, aullando como coyotes agarrados por la trampa...
Mamá: "UUUUUUUUUU!! PETRONILA!!! EL JITOMATE, NO OLVIDES EL JITOMATE!"
Griselda: "Si lo acaba de poner. AAAAAAAAAAAAAAA"
Primos: "UA?"
Mamá: "Para que no se le olvide"... y mi mamá movía sus manitas con las notas, de la derecha a la izquierda.
Viridiana: "UEUEUEUE DOOOBI DOOBI DO BA".
Resta decir, que mi mamá y Griselda vieron a Viridiana de una manera extraña. No sabían si tacharla de contemporanea o rebelde.
Mamá: "¡PETRONILA!, EL JITOMAAAAAAAATE, ¿NO HUUUUUUUELES EL JITOMATE QUE SE QUEMA?", la cabeza de mi mamá se movió como una sonaja y yo tenía miedo de que se le cayeran los tubos cuidadosamente puestos.
Griselda: "NO LE GRIIIIIIIIIIIIIIIITES A LA POOOOOOOOOOOOOBRE, SIRVIEEEEEEEEENTA".
Primos: "UEAAAAAAAAAAAAA, UEAAAAAAAAAAAA"
Viridiana: "Badooom, badooom, badooooom... eia eia a!"
Mi mamá le regaló de navidad a Virginia, una blusa floreada... casi puedo apostar que son los mismos colores de aquel entonces.
Me sonreí por dentro, estaba casi seguro que Virginia diría algún comentario negativo acerca de la blusa... sin embargo no fue así, al día siguiente se la puso y se admiró en el espejo.
... Quise gritar.
Y ahora que regreso, me doy cuenta que sigo como un BlogIdol, yo creí que me iban a sacar por no haber escrito.
Mis vacaciones a Morelia no fueron planeadas, entre Virginia y yo surgió como un: nos vamos? Pues si, nos vamos! Y vámonos como alma que se la lleva al diablo... hasta que vimos, a lo lejos, a mi mamá con su maleta de siglos y "que aún está buena", un sombrerito de paja y unos lentes oscuros. Hasta parecía que ella nos había estado esperando. Mi mamá tiene algo de bruja: anticipa las cosas antes de que sucedan. Por eso creí ilusamente, que al irnos sin avisar a nadie, como un plan de esos espontaneos... ella no podría poner en práctica sus poderes de adivina. Me equivoqué.
Pero traté de que Virginia se divirtiera mucho e hice lo posible porque mi madre no interfiriera mucho. Oh no, no en esta Navidad. Por supuesto, fue imposible.
Me acordé de la navidad de hace muchos años, cuando yo era un crío y nos visitaron los tíos de Chihuahua, y después los de Nayarit, y luego los de Morelia... se juntó toda la familia (del lado de mi madre) en mi casa. Todas las mujeres en esa familia, son excéntricas, no importa si sea de sangre o por el lado político. Y todos los hombres, somos igual de callados. Casi puedo apostar que somos una familia con un matriarcado de siglos. Desde niño, pude atinar cuál sería mi destino, lo que me preparaba el futuro. Una mujer igual de ruidosa, que las alrededor de veinte mujeres que estaban en mi casa, incluyendo mi madre.
En ese entonces, teníamos sirvienta... Petronila. Venía de un pueblito de Toluca y mi madre ya la tenía bien aleccionada. Esa Navidad, mi madre la estaba observando mientras a nosotros los primos y a mi, nos enseñaba como cantar Opera. Es una imagen muy poderosa la que tengo grabada: mi madre, vestida con una blusa floral, los tubos en la cabeza y empezó con un agudísimo: "UUUUUUUUUUUU"...
Después, dos tías: Griselda y Viridiana se le unieron... y estaban las tres: "UUUUUUUUUU"
Y los primos estábamos: "UUUUUUUUUUU"
Mamá: "Ahora intenten una nota más alta"
"AAAAAAAAAAAAAAAAA"
"UUUUUUUUUUUUUUUU"
"AAAAAAAAAAAAAAAAA"
"UUUUUUUUUUUUUUUU"
Y ahí estábamos los niños, aullando como coyotes agarrados por la trampa...
Mamá: "UUUUUUUUUU!! PETRONILA!!! EL JITOMATE, NO OLVIDES EL JITOMATE!"
Griselda: "Si lo acaba de poner. AAAAAAAAAAAAAAA"
Primos: "UA?"
Mamá: "Para que no se le olvide"... y mi mamá movía sus manitas con las notas, de la derecha a la izquierda.
Viridiana: "UEUEUEUE DOOOBI DOOBI DO BA".
Resta decir, que mi mamá y Griselda vieron a Viridiana de una manera extraña. No sabían si tacharla de contemporanea o rebelde.
Mamá: "¡PETRONILA!, EL JITOMAAAAAAAATE, ¿NO HUUUUUUUELES EL JITOMATE QUE SE QUEMA?", la cabeza de mi mamá se movió como una sonaja y yo tenía miedo de que se le cayeran los tubos cuidadosamente puestos.
Griselda: "NO LE GRIIIIIIIIIIIIIIIITES A LA POOOOOOOOOOOOOBRE, SIRVIEEEEEEEEENTA".
Primos: "UEAAAAAAAAAAAAA, UEAAAAAAAAAAAA"
Viridiana: "Badooom, badooom, badooooom... eia eia a!"
Mi mamá le regaló de navidad a Virginia, una blusa floreada... casi puedo apostar que son los mismos colores de aquel entonces.
Me sonreí por dentro, estaba casi seguro que Virginia diría algún comentario negativo acerca de la blusa... sin embargo no fue así, al día siguiente se la puso y se admiró en el espejo.
... Quise gritar.
4 comentarios
minitar -
paulinita -
Yushe -
Un saludo y feliz año!!!
Yorsh -